Cicindela maroccana

Cicindela maroccana es una de las especies más extendidas por los alrededores de Zaragoza, y probablemente la más abundante de la península ibérica. En Europa se nombran las subespecies pseudomaroccana y schrammi, aunque la taxonomía de C. maroccana no está nada clara, ni siquiera a nivel de especie. En cualquier caso, guarda un gran parecido con C. campestris, de la cual se diferencia gracias a los siguientes caracteres morfológicos:

Élitros más anchos y con el borde más ancho y marcado, mácula central con bordes cobrizos. Coloración generalmente verde con zonas cobrizas longitudinales. La determinación inequívoca sólo es posible mediante la examinación de la genitalia, siendo el extremo del pene de esta especie más estrecho y con una curvatura ligera. El saco interno del pene no presenta diente apical.

Véase esta página para diferenciar mejor a las dos especies.

La coloración sólo es un rasgo orientativo, ya que puede variar en gran medida, como se puede apreciar en las fotos. La primera es de un ejemplar de Zaragoza (Febrero 2014). mientras que la segunda muestra individuos de la Sierra de Urbión, Soria (Junio 2016). Existen ejemplares completamente negros como el de la tercera imagen (Sierra da Estela, Portugal, foto de Rui Andrade), pero también ciancescentes (azules), y más o menos cobrizos o verdes.





La biología de esta especie la completaré cuando tenga algunas observaciones más, pero de nuevo se diferencia de C. campestris en la preferencia por hábitats más áridos. Centrándonos en la biología de la especie desde mi experiencia, comentaré que a día 17 de Febrero observé a una hembra a las 14:00 en los alrededores de Zaragoza, siendo con esto una de las cicindelas de aparición más temprana. Una visita posterior al mismo paraje hacia las 16:30 resultó infructuosa, por lo que en estas fechas de actividad aún inicial parecen estar activas sólo en las pocas horas de más luminosidad y calor (e incluso en estas condiciones me fue fácil atrapar al insecto sin cazamariposas, algo casi impensable en otras circunstancias).

Las cicindelas adultas se siguen viendo en los meses siguientes, aunque con el mal tiempo y las lluvias interrumpen su actividad. Al mismo tiempo y en los mismos parajes hay larvas, de manera que a principios de Abril (2/4/2013) se han encontrado algunas larvas de tercer instar (grandes). También se localizaron hoyos de menor diámetro, pero es posible que estuvieran desocupados y que la larva haya tenido una muerte prematura o los haya abandonado por algún motivo, ya que no se consiguió respuesta por parte de la larva mediante el método de la "caña de pescar". Curiosamente, los tubos de las larvas se encuentran en grupos de 4 o 5 bastante separados entre sí. Este comportamiento es frecuente en muchas especies de Cicindela según Pearson y Vogler, y no se conoce con certeza el motivo de su ocurrencia.

Aprovechando su estrecho parentesco con C. campestris, vamos a comentar algunas cosas generales sobre la biología y la genética de los cicindélidos:

Hemos visto que el carácter diagnóstico definitivo para diferenciar  estas especies es la examinación de la genitalia, cuya morfología difiere notablemente incluso en especies estrechamente emparentadas. Esto sugiere un mecanismo de "llave y cerradura" (entre otros muchos mecanismos de los que hablaremos en otra sección) para asegurar el aislamiento reproductivo de especies cercanas.

Por otra parte, desde el punto de vista genético la mayoría de los cicindélidos poseen múltiples cromosomas sexuales, poseyendo dos juegos de varios cromosomas X, uno de los cuales aparecería sustituido por un solo cromosoma Y en el caso de los machos.  Este sistema cromosómico aparece muy diversificado, y en el caso de especies emparentadas parece ser otro parámetro que separa a una especie de otra, siendo éste el caso de C. maroccana con respecto a C. campestris: C. campestris posee tres cromosomas X en cada juego de cromosomas sexuales (XXX/XXX para una hembra), mientras que C. maroccana posee un cromosoma adicional (XXXX/Y para un macho). Este ejemplo, que nos atañe directamente en esta entrada, tiene repercusiones globales sobre la comprensión del cariotipo de los cicindélidos y su origen evolutivo.